Monica Calderon


NOMBRE: MÓNICA CALDERÓN
CÓD. 191103607
CURSO: JUEGO COMO OPCIÓN DIDÁCTICA

Introducción: En este trabajo,  se pretende resaltar las principales ideas de la Revista educación y pedagogía Vol. XI No. 25. Titulada  “El surgimiento de la didáctica de las ciencias como campo específico de conocimientos”,   por los autores Daniel Gil Pérez, Jaime Carrascosa y Alís Francisco  Martínez Terradez del año  (1999)[1]. De esta manera el contenido de la mencionada revista corresponde  al surgimiento de la didáctica de las ciencias, en donde se analiza la emergencia de la didáctica de las ciencias como disciplina científica, empezando con una revisión histórica y  después se analizan las causas de la emergencia de esta nueva disciplina, su evolución y los obstáculos que según los autores se siguen oponiendo a su pleno desarrollo. Esto en el primer apartado, en el segundo apartado se  compone de las principales líneas de investigación en didáctica de las ciencias haciendo énfasis en los desafíos actuales en este campo. La revista cierra con la exposición de las perspectivas que la investigación en didáctica de las ciencias abre con un doble propósito. Primero para un mejor aprendizaje de las materias científicas y segundo para una actividad docente más creativa e interesante. Tal es el contenido de la revista descrito de manera general.
Descripción teórica: Pérez, Carrascosa & Terrades (1999) plantean que “las investigaciones en didáctica de la ciencia se han visto nubladas por el hecho del olvido que impide la innovación y que conduce a  la utilización de propuestas obsoletas e ineficaces dificultando la coherencia que se requiere en los aspectos de enseñanza aprendizaje de las ciencias como aprendizaje de conceptos, prácticas de laboratorio, resolución de problemas, evaluación y que  no se tienen en cuenta otros trabajos en el mismo campo” sino que como ellos mencionan hay choque y desorden entre los mismos investigadores que no  ha permitido  avanzar en este campo de estudio. Según los autores esto se da por el hecho de que “no existe un bagaje científico en el área por lo que los investigadores se deben asir de lo que les ofrezca el ambiente, de lo tradicional que en la mayoría de las veces no encaja en la didáctica de las ciencias” además de que como ya se mencionó “no se valoran otros esfuerzos valiosos de innovación y sus resultados”, esto haciendo referencia al trabajo de otros investigadores. p. 16.
De la misma manera, como dicen Pérez, Carrascosa & Terrades “la didáctica de las ciencias, no ha tenido una amplia aceptación, por la tradición docente y la sociedad que consideran la enseñanza como una tarea simple, que solo basta conocer la materia, tener práctica docente, y adquirir algunos conocimientos pedagógicos de modo general”  p. 16. McDermott (1990) y Viennot (1997), citados por Pérez, Carrascosa & Terrades, al respecto “han mostrado las ineficiencias de una formación del profesorado que separa los contenidos científicos de los pedagógicos” según estos autores “es necesario un tratamiento global e integrado de los problemas específicos que plantea el proceso de enseñanza – aprendizaje de las ciencias”, en consecuencia los autores mencionan que si se hiciera “una revisión histórica de los problemas que ha planteado la educación científica, los intentos de solución y los resultados, se  contribuiría a mostrar la necesidad de tratamientos científicos específicos y a cuestionar la tradición que contempla la enseñanza de las ciencias como tarea  simple, para así desbloquear la posibilidad de avances fundamentados” p. 17.  De la misma manera, los autores aclaran que una ciencia recién nacida debe implicar reflexión, clarificación epistemológica, revisar las opciones metodológicas para así poder constituir el nuevo campo científico”  como es el caso de la didáctica de las ciencias  donde “se evidencia una amplio campo bibliográfico sobre las tendencias de innovación e investigación, los métodos de investigación y su status como disciplina científica” (Bowen, 1975; Berger, 1979; Yager y Kahle, 1982; Bauman, 1983; Klopfer, 1983; Tiberghien, 1983 y 1985; Welch, 1985; Penick y Yager, 1986; Linn, 1987; Cañal y Porlán, 1988; Jiménez, 1988; Furió y Gil,1989; Aliberas, Gutiérrez e Izquierdo, 1989; Viennot, 1989; Porlán, 1993a; Gil,1994 y 1996; Martínez-Terrades, 1998; Porlán, 1998; etc.). Citados por Pérez, Carrascosa & Terrades.de igual forma, como dice  (Coll, 1988).  “Podríamos analizar la emergencia de cualquier otro campo científico y nos encontraríamos con un esfuerzo similar de clarificación en torno a su constitución como dominio científico”  citado por Pérez, Carrascosa & Terrades P. 17.
Dichas estas cosas, cabe mencionar que los autores plantean que “la emergencia de la didáctica de las ciencias como nuevo campo de conocimientos”, tiene unas causas y son las que se presentan a continuación. “primero, La tradicional importancia concedida a las inversiones en educación científica y tecnológica, para hacer posible el desarrollo futuro de un país, segundo,  que la alfabetización científica de todos los ciudadanos y ciudadanas ha pasado a constituir una exigencia urgente, un requisito también para el desarrollo inmediato y tercero, un grave fracaso escolar, acompañado de un creciente rechazo de los estudios científicos y de actitudes negativas hacia la ciencia, este último según, (Simpson et al., 1994; Giordan, 1997) citados por Pérez, Carrascosa & Terrades. P. 18.  Según los autores, “ Ambos hechos -la necesidad de una educación científica para todos y las dificultades que la misma plantea- determinan una problemática de indudable interés que ha dado origen, primero, a intentos de renovación de la enseñanza de las ciencias que cuentan con una larga tradición (Cañal, 1998);  citado por Pérez, Carrascosa & Terrades y, en segundo lugar, al creciente desarrollo de una investigación específica en torno a los problemas de enseñanza y aprendizaje de las ciencias, es decir, a la emergencia de un nuevo campo de conocimientos”. Y porque en definitiva en lo dicho por Pérez, Carrascosa & Terrades “Los avances en el tratamiento de los problemas, de haberlos, debían ser el fruto de investigaciones en torno a los problemas específicos de enseñanza/aprendizaje de las ciencias y traducirse en la construcción de un cuerpo de conocimientos coherente”, p. 21.
En consecuencia, esta emergencia científica de la didáctica de las ciencias, ha venido evolucionando, como señala Gabel (1994) citado por Pérez, Carrascosa & Terrades “desde 1927 se han venido publicando resúmenes y revisiones sobre la investigación realizada en torno a la enseñanza y aprendizaje de las ciencias” así mismo, “a lo largo de los años setenta, se habían constituido, particularmente en la enseñanza secundaria, numerosos equipos docentes preocupados por el creciente fracaso escolar (asociado al acceso de amplias capas de población a los estudios secundarios) y deseosos de introducir e intercambiar propuestas innovadoras más efectivas”, Pérez, Carrascosa & Terrades. Según  Hodson (1992)  “Hoy ya es posible construir un cuerpo de conocimientos en el que se integren coherentemente los distintos aspectos relativos a la enseñanza de las ciencias” citado por Pérez, Carrascosa & Terrades p. 22. Respecto a esto, concluyen hipotéticamente los autores que “la didáctica de las ciencias se estaba, efectivamente, conformando como un dominio específico de conocimientos, con los elementos propios de una disciplina científica, como son: una comunidad científica, unos órganos de expresión, unas   líneas de investigación definidas y, sobre todo, una evolución hacia consensos generalizados y hacia la integración de los distintos aspectos en cuerpos coherentes de conocimientos, con aportaciones relevantes para el trabajo en el aula y la formación del profesorado de ciencias” p. 23.
Sin embargo, pese a los avances ilustrados, se observa que existen serias dificultades para el desarrollo pleno de esta actividad como categoría científica, según los autores  “una concepción de la didáctica de las ciencias como mera aplicación práctica de la psicología del aprendizaje y la creencia de que  enseñar es una actividad simple para la que bastan los conocimientos científicos y algo de práctica”, representa una grave dificultad para el desarrollo de esta ciencia. P 25. No obstante, los esfuerzos han sido fructíferos, tanto así, “que existe un número suficiente de problemáticas reconocidas como líneas prioritarias por la generalidad de los investigadores, lo que   permite hablar de cuerpo de conocimientos -y, por tanto, de auténtica investigación”

Reflexión crítica: Como bien lo mencionan los autores, la enseñanza aprendizaje de la ciencia implica conocimientos científicos específicos y una formación docente apropiada,
 “Donde las exigencias y demandas para la práctica de los docentes universitarios obedezcan al compromiso de las instituciones de educación superior por asumir una nueva visión y un nuevo paradigma para la formación de los estudiantes, basada en el aprendizaje a lo largo de toda la vida, a la orientación prioritaria hacia el aprendizaje auto dirigido, aprender a aprender, a comprender, a emprender y aprender a ser, en el marco de una sociedad globalizada” Barrón (2009). [2]
Por ello, se precisa una renovación curricular donde se pueda evidenciar y “fundamentar propuestas de renovación de la formación del profesorado para el logro de una educación científica de calidad que responda a las nuevas necesidades sociales” Vilches & Pérez (2007)[3] que incluya la ciencia como materia de un alto nivel de complejidad cuya enseñanza se encargue a maestros y maestras diestros en el conocimiento  científico y en los procesos didácticos que implica la tríada maestro- alumno – contenidos. Benítez (2007)[4]. Por lo tanto, es imprescindible, pensar en una educación donde todos los profesores sean formados como científicos que enseñan ciencia, y no suceda lo que mencionan los autores, “que la enseñanza de la ciencia es considerada como una tarea simple” Pérez, Carrascosa & Terrades (1999),  además de esto, que los procesos evaluativos sean valorados como oportunidades para mejorar  ya que como mencionan Arredondo & Botía (2002) “como individuo y como sociedad se busca el progreso y la superación la mejora de las cosas hasta acercarse a niveles satisfactorios de complacencia”[5] además se debe tener en cuenta la “la autoevaluación y la evaluación de compañeros, así como la reflexión” Gallego (2006)[6]. De la misma manera, que  en las instituciones la ciencia sea reconocida y valorada como un conocimiento para la vida y para el desarrollo Pérez & Vilches (2006)[7] y no como una materia de relleno que es impartida por cualquier profesor que necesita completar sus horas laborales. Rama, C. (2009). Pereyra, A. (2008). La fragmentación de la oferta educativa en América Latina: la educación pública vs. la educación privada. Perfiles educativos, 30(120), 132-146.
Respecto a esto, como es sabido,  la educación varía de acuerdo al contexto Rama, (2009)[8] (refiriéndose al concepto de “masificación”) y no precisamente porque se hagan profundas investigaciones para desarrollar unos contenidos acordes con las necesidades reales de los estudiantes, sino porque a mayor capacidad económica de la comunidad en la que ocurre el proceso educativo formal mayor calidad de educación, Pereyra (2008)[9],  por lo tanto serán las comunidades con mayor poder adquisitivo las que puedan acceder a los conocimientos más avanzados y los estudiantes de las comunidades indígenas, campesinas y de las zonas periféricas de las ciudades y de los países deberán conformarse con sembrar semillas de frijol en vasos de agua con algodón. En consecuencia, en una escuela donde medianamente se aprende lo básico como se va a hablar de ciencia y como sucede con muchas leyes en el país,  el sistema educativo puede tener un amplio repertorio científico pero si no se hace realidad en la práctica y si no se contextualizan los saberes, la ciencia nunca saldrá del pequeño círculo donde siempre ha estado, y si los autores hablan de una didáctica de las ciencias Pérez, Carrascosa & Terrades (1999), es porque muchas personas pueden acceder a estos conocimientos, y si en realidad el propósito de la educación es el desarrollo humano, Suárez (2001)[10], significa entonces que las personas puedan usar estos conocimientos para mejorar sus vidas y las de sus comunidades aunque no hagan parte de organizaciones mundiales ni dirijan importantes instituciones académicas. 
Suárez, G. (2001). EDUCACIÓN, RESPONSABILIDAD DE TODOS.

Bibliografía

Pérez, D. G., Jaime, C. A., & Terrades, F. M. (1999). El surgimiento de la didáctica de las ciencias como campo específico de conocimientos. Revista educación y pedagogía, 11(25), 13-65.
 Barrón Tirado, M. C. (2009). Docencia universitaria y competencias didácticas. Perfiles educativos, 31(125), 76-87.
Vilches, A., & Pérez, D. G. (2007). La necesaria renovación de la formación del profesorado para una educación científica de calidad. Tecné Episteme y Didaxis TED, (22).
 Benítez, G. M. (2007). El proceso de enseñanza–aprendizaje: el acto didáctico. NTIC, Interacción y aprendizaje en la Universidad.
Arredondo, S. C., & Botía, A. B. (2002). Compromisos de la evaluación educativa. Pearson Educación.
 Gallego, L. V. (2006). Evaluación del aprendizaje para promover el desarrollo de competencias. Educatio siglo XXI, 24(2006), 57-76.
Pérez, D. G., & Vilches, A. (2006). Educación ciudadana y alfabetización científica: mitos y realidades. Revista iberoamericana de educación, 42, 31-53.
 Rama, C. (2009). La tendencia a la masificación de la cobertura de la educación superior en América Latina. Revista iberoamericana de educación, 50(173-195).
 Pereyra, A. (2008). La fragmentación de la oferta educativa en América Latina: la educación pública vs. la educación privada. Perfiles educativos, 30(120), 132-146.
Suárez, G. (2001). EDUCACIÓN, RESPONSABILIDAD DE TODOS.







NOMBRE: MÓNICA CALDERÓN
CÓD. 191103607
CURSO: JUEGO COMO OPCIÓN DIDÁCTICA
    
Introducción: Este trabajo se realiza sobre el documento titulado “El juego y el juguete en la educación infantil” elaborado por la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, en el año 2002. El documento, explica que el juego y el juguete  son importantes en todas las etapas educativas del niño, da unas características del juego infantil, describe el rol de los padres y los educadores en el juego infantil, así mismo destaca el juego desde una perspectiva judicial, el juego como instrumento de desarrollo de la personalidad además de otras cualidades del ser humanos, como el desarrollo psicomotor, cognitivo, afectivo emocional y social. De igual forma, detalla unas fases de aprendizaje y la elección de juegos y juguetes acordes a las necesidades y capacidades de cada edad. Finalmente habla de lo que es el juego y el juguete para los niños con discapacidad. Es por lo tanto, como se puede observar  una obra que procura cubrir aspectos importantes respecto al juego y el juguete en la educación infantil.
     Descripción teórica: El documento inicia describiendo la importancia del juego y el juguete en las etapas educativas del niño, donde la Dra. María Costa dice que:  
“El juego es un recurso idóneo para utilizar en la escuela, debido a su carácter motivador, globalizador de contenidos y por ser mediador de aprendizajes significativos. Además, la actividad lúdica fomenta la interacción entre niños y niñas, aspecto que constituye tanto un objetivo educativo como un recurso metodológico de primer orden”. P. 2.
     Dando así, a entender su posición pedagógica frente al juego y el juguete.  Por su parte, para Maite Garaibordobil Landazabal, “lo primero que define al juego es el placer” p, 3. Según esta autora el juego siempre implica satisfacción por parte de quién juega, en este caso los niños que según ella, siempre mostrarán signos de aprobación frente al juego que estén realizando. Respecto a lo anterior,  Gloria Medrano Mir explica que “los pequeños, desde edades muy tempranas, utilizan estrategias eficaces para hacer frente a multitud de situaciones, y seguirán utilizándolas y perfeccionándolas si les damos la oportunidad de hacerlo, ofreciéndoles un marco de referencia educativo, seguro, amplio y flexible” p 4, refiriéndose al rol de los padres y de los maestros del cual depende que los alumnos realicen acciones que les genere satisfacción y a la vez aprendizajes.
     Desde este punto de vista, el juego cumple diferentes funciones en el ser humano, desde una perspectiva psicológica, según los autores, “se subraya las aportaciones que tiene el juego para el desarrollo de la afectividad, de la psicomotricidad, de la imaginación y la creatividad, de la sociabilidad y de la inteligencia” p, 5, por lo tanto, se puede afirmar que el juego no solo posee características educativas sino que es una herramienta idónea para potenciar el desarrollo del ser humano desde sus más tempranas edades.
     Así mismo, el juego cumple un papel fundamental en el desarrollo de la personalidad, donde según los autores, el juego:
 “En términos de desarrollo psicomotor, potencia el desarrollo del  cuerpo y los sentidos ya que: descubre sensaciones nuevas, Coordina los movimientos de su cuerpo, estructura su representación mental del esquema corporal,  explora sus posibilidades sensoriales y motoras, ampliándolas, se descubre a sí mismo en el origen de las modificaciones materiales que provoca,  va conquistando su cuerpo y el mundo exterior y tiene experiencias de dominio que le fomentan la confianza en sí mismo, en el plano cognitivo crea y desarrolla estructuras mentales, promoviendo la creatividad, el desarrollo del pensamiento, estimula la atención y la memoria,  estimula la discriminación fantasía-realidad, facilita el desarrollo del lenguaje coherente, es una vía de desarrollo del pensamiento abstracto, promueve el equilibrio afectivo y la salud mental, Permite la asimilación de experiencias difíciles facilitando el control de la ansiedad asociada a estas situaciones, posibilita la expresión simbólica de la agresividad y de la sexualidad infantil, es un medio para el aprendizaje de técnicas de solución de conflictos y  facilita el proceso progresivo de la identificación psicosexual” p, 7.
     Dicho lo anterior, se evidencia las múltiples características del juego asociadas al desarrollo de la persona en cada una de sus dimensiones,  donde cada disciplina podría enumerar una larga listas de los beneficios  del juego que sin duda podrían ser  los mismos pero encaminados a diferentes objetivos, teniendo en cuenta las diferentes características de quienes participan en el acto de jugar. Los autores destacan la edad a la hora de dar juguetes y seleccionar juegos, donde”
 “es trascendental  la elección adecuada de los mismos para cada una de las etapas de crecimiento. Tan malo resulta dar un juguete antes de tiempo como hacerlo demasiado tarde. El juguete siempre ha de ser acorde a la edad del niño y a sus necesidades y capacidades (sensomotrices, cognitivas, afectivas y sociales), conteniendo, ante todo, retos que estimulen el desarrollo de dichas capacidades” p, 8.
    Claramente, esta es una afirmación que habla del carácter netamente educativo del juego, sin embargo esta es una crítica que se hará en su momento.  Por otra parte, un tema importante que se menciona en el citado documento, es el de “El juego y el juguete para niños con discapacidad” p 8, ya que es un tema que podría decirse, relativamente nuevo en el contexto educativo. Respecto a esto, los autores mencionan que “Cuando abordamos el tema de la importancia del juego y del juguete, hablamos del niño en sentido genérico. Sin embargo, hay que destacar que ambos cobran una trascendencia y una dificultad añadida en el caso de niños, e incluso personas adultas, que sufren algún tipo de discapacidad” p 9. En conclusión, lo que los autores pretenden, es mostrar el valor del juego y del juguete en el proceso educativo en la infancia.
     Reflexión crítica: Como ya se ha venido viendo en el transcurso de este trabajo, los autores se centran en la función del juguete y del juego en el proceso educativo, en palabras de  Rubio y Conesa (2013)[1] “el juego debe entenderse bajo la concepción del binomio juego – educación, dualidad ambivalente, compleja pero conciliable”,  dicho esto, cabe mencionar que el documento reseñado se elaboró con fines comerciales para el sector educativo, por lo que resalta el juego como un objeto funcional y no como una característica propia de cada niño, al respecto Camacho (2012)[2] dice que “El juego es algo innato en la persona… donde jugar es la forma más natural, innata, y divertida de aprender”. Respecto a los juguetes, los autores mencionan que se debe dar al niño de acuerdo a la edad, esto es aceptable cuando se elabora una actividad específica, sin embargo en el mismo proceso educativo es el niño quién debe elegir el juguete con el que quiere jugar, ya que como dicen Santos y Saragossi (2000)[3]
“El juguete no es el objeto determinado que parece ser, su materialidad será una y mil veces transformada imaginariamente: un tablero de damas puede convertirse en una carpa para cobijar un soldado malherido y en otro momento resultar un túnel a ser atravesado por un súper héroe. En ese sentido, el juguete como signo es frágil y efímero, es re – inventado en cada acto lúdico”. P, 141.
  Dicho esto, se puede decir, que al elegir los juguetes se está privando al niño de su interés y por lo tanto de la posibilidad de que haya un aprendizaje significativo, es decirles que pueden ser y que no, es una forma de apagar su creatividad, de bloquear su imaginación de robarles su autonomía e independencia y su derecho a elegir.
     En conclusión, el juego y el juguete deben partir del interés del niño, es más significativo cuando el niño juega con algo que él quiere jugar que cuando debe jugar con algo que le dan, es el maestro quien debe encontrar la forma de que su actividad propuesta se pueda desarrollar a partir de lo que los niños han seleccionado integrando sus objetivos a los intereses de los niños.
Bibliografía:
Rubio, A.  D. J. & Conesa, I. M. G.  (2013). El uso de juegos en la enseñanza del inglés en educación primaria. Revista de formación e innovación educativa universitaria. Vol. 6 (3) 169 – 185.
Camacho, Medina, L: J: (2012). El juego cooperativo como promotor de habilidades sociales en niñas de 5 años.
Santos, G. & Saragossi, C. (2000). Juguete e infancia. COMISIÓN DIRECTIVA, 139.   


     





NOMBRE: MÓNICA CALDERÓN

CÓD. 191103607
CURSO: JUEGO COMO OPCIÓN DIDÁCTICA

JUGAR A APRENDER
     Introducción: El documento del cual se pretende realizar este trabajo, es una tesis titulada “propuesta pedagógica el juego como procedimiento didáctico para favorecer el proceso de enseñanza aprendizaje en los niños de transición”  de los autores Sandra Milena Escalante y Sergio Andrés Lizcano en el año 2018, de la universidad cooperativa de Colombia, facultad de ciencias humanas y de la educación, aspirantes a la maestría en educación en la ciudad de Bucaramanga. El documento está desarrollado desde cuatro ejes temáticos: aprendizaje, estrategias de enseñanza – aprendizaje, juego e infancia.  Así mismo, un contenido teórico que explica el juego como procedimiento didáctico para favorecer el proceso de enseñanza – aprendizaje de los niños teniendo en cuenta cuatro dimensiones del desarrollo humano (cognitiva, comunicativa, corporal y ética). Es decir, que se retoma el juego como una opción didáctica pero sin que pierda su esencia: la diversión, la lúdica, el disfrute.
     Descripción teórica: Para comenzar, como ya se dijo al principio de este trabajo, los autores retoman el juego teniendo en cuenta cuatro aspectos importantes, que son aprendizaje, enseñanza – aprendizaje, juego y lúdica. En cuanto al juego y aprendizaje, los autores abordan los postulados de Piaget que dice que “el niño construye su conocimiento a  partir de lo que ya sabe mediante un proceso cognitivo denominado organización que a su vez es el resultado de la adaptación que surge como  consecuencia de un desequilibrio cognitivo que lleva al niño a hacer uso de dos importantes procesos, asimilación y acomodación donde interpreta información y modifica sus esquemas para integrar la nueva información dando paso al aprendizaje” p 23,   citado por Escalante y Lizcano (2018)[1].
     Así mismo, mencionan la zona de desarrollo proximal de Vygotsky citado por Shaffer (2000), citado por Escalante y Lizcano,  que consiste “en que el niño sea ayudado por pares o por mayores que le puedan ayudar a potenciar su desarrollo, dando paso a lo que él denomina aprendizaje social”   en este sentido, los autores Escalante y Lizcano, lo que proponen es que desde la perspectiva que se retome el aprendizaje se puede potenciar con el juego donde los estudiantes, en este caso transición “aprendan a conocer, aprendan a hacer, aprendan a convivir y a ser” p 25, es decir, que desarrollen todo su potencial y puedan tener éxito en su vida personal, social y laboral, donde el juego no sea visto como un premio por haber hecho las obligaciones sino como un facilitador y mediador de aprendizajes.
     En cuanto al juego como estrategia de enseñanza aprendizaje, Escalante y Lizcano, ponen de manifiesto tres aspectos importantes a la hora de enseñar,  “lo que el niño es, lo que debe aprender y lo que necesita para continuar su proceso de aprendizaje” p 26, es decir, que los contenidos curriculares sean adaptados a estas tres condiciones para que los aprendizajes no carezcan de sentido y de significado donde los niños puedan desarrollar su potencial cognitivo, comunicativo, corporal y ético, que son las cuatro dimensiones en las que se enfocaron los autores al elaborar dicha investigación.
     Por otra parte, teniendo en cuenta que el juego es el eje vertebrador de la investigación, cabe mencionar que los autores lo asumen como una “actividad propia que debe orientar el quehacer de los niños entre la edad de cinco y seis años junto con la exploración del medio, la literatura y el arte como estrategias de enseñanza aprendizaje” p 27, donde el juego:
es otra estrategia de enseñanza aprendizaje. Este se convierte en el escenario de mayor impacto en los estudiantes puesto que permite la identidad, la autenticidad, la espontaneidad mientras se está jugando. Además, logra que haya aprendizaje en aspectos como el respeto a las normas o reglas que regulan una actividad, un juego, una clase o un espacio de aprendizaje y todos aquellos saberes que el docente proponga mientras se está jugando. Por consiguiente, el maestro debe hacer su máximo esfuerzo para planear con anticipación los espacios de juego de manera que favorezcan el aprendizaje sin dejar de lado el goce y el disfrute mientras se juega (Cárdenas & Gómez, 2014) citados por Escalante y Lizcano (2018)”
     De esta manera, se puede afirmar que mediante el juego se puede aprender a jugar y jugar a aprender y que el juego y el aprendizaje sean cosa de niños pero también de adultos que interactúan, observan, guían y proponen, donde según el decreto 2247 de 1997:
“Los procesos curriculares se desarrollan mediante la ejecución de proyectos lúdico pedagógicos y actividades que tengan en cuenta la integración de las dimensiones del desarrollo humano: corporal, cognitiva, afectiva, comunicativa, ética, estética, actitudinal y valorativa; los ritmos de aprendizaje; las necesidades de aquellos menores con limitaciones o con capacidades o talentos excepcionales, y las características étnicas, culturales, lingüísticas y ambientales de cada región y comunidad. Por lo tanto, las estrategias de enseñanza aprendizaje que se manejan en la educación preescolar se abordan desde las dimensiones del desarrollo humano”. Citado por Escalante y Lizcano (2018, p 31.
     De esta manera, aunado al concepto de juego está el concepto de infancia, donde los autores describen unas características propias de esta edad con respecto al desarrollo de la motricidad, el desarrollo social y afectivo, desarrollo de la personalidad y desarrollo del lenguaje desde la psicología, p 51. En cuanto al desarrollo de la motricidad,
 “se ha consolidado las habilidades manuales, aunque la utilización de sus manos y dedos aún no resulta perfecta. Su coordinación viso motriz se ha afianzado y cada vez son más efectivos en actividades manuales” (López de Bernal & Arango de Narváez, 2002) citados por Escalante y Lizcano (2018).
Por desarrollo social y afectivo infantil, se entiende la etapa donde: 
“Las manifestaciones de tensión llegan a su pico con las llamadas “tormentas emocionales”, expresiones que incluyen gritos, rabietas y a veces hasta querer pegarles a los padres. A los niños de esta edad también los caracteriza la obstinación y la falta de tolerancia” López & Arango (2002) citados por Escalante y Lizcano (2018). P, 52.
     Respecto a lo anterior, es importante tener en cuenta la función semiótica del juego, donde el niño puede expresar sentimientos y emociones a través del juego, es decir liberarse de las tensiones que le pueden provocar diferentes situaciones, como la llegada de un nuevo hermanito, el comienzo del jardín, la separación de los padres etc.
     En cuanto al desarrollo de la personalidad, es importante según los autores, “tener en cuenta que en esta etapa se forma la conciencia moral y los hábitos, donde los padres deben reforzar esos aprendizajes y motivarlos al logro de sus metas” p 53. Por último el desarrollo del lenguaje como característica de esta edad dice que se fundamenta en las interacciones del niño con su contexto y que se desarrolla progresivamente con una adecuada estimulación.
     Análisis crítico: Teniendo en cuenta los cambios que se han venido dando en términos de educación e influenciados claramente por la innovación tecnológica es preciso darle un giro  a la forma de enseñar. Ya de tiempo atrás se ha venido debatiendo entorno a una integración curricular, a una educación contextualizada y basada en los intereses y necesidades de los alumnos, Sánchez, J. (2002). [2], cuanto más a una forma de enseñar donde sean los mismos estudiantes quienes busquen el aprendizaje y se apropien de los saberes que surgen en las interacciones escolares, es decir donde ellos se sientan satisfechos de la forma en que su profesor dispone los elementos que propicien ese aprendizaje.
     Así mismo, como se menciona al principio del párrafo anterior, la innovación tecnológica y el fácil acceso que tienen las familias a diferentes equipos como tabletas y celulares, señal de cable y otros medios de entretenimiento Benítez, Lemus & Welschinger (2014)[3], hace que la labor del docente sea cada vez más difícil. No es raro escuchar a los niños en las primeras horas de clase hablar sobre su video juego favorito, la nueva película, el nuevo súper héroe y tantas otras distracciones que ocupan sus mentes y que les genera mucha más satisfacción que el cuaderno y  la clase magistral. Es aquí donde el maestro puede hacer uso del juego retomando las vivencias de los niños sin sacarlos de sus intereses pero apuntando a los objetivos que se pretenden alcanzar con cada ciclo escolar Pérez, M. C., & Ramírez, M. E. M. (2015)[4].

Bibliografía
Escalante Sanabria, S. M., & Lizcano Flórez, S. A. (2018). Propuesta pedagógica el juego como procedimiento didáctico para favorecer el proceso de enseñanza aprendizaje en los niños de transición.
Sánchez, J. (2002). Integración curricular de las TICs: conceptos e ideas. Santiago: Universidad de Chile.
Benítez Larghi, S., Lemus, M., & Welschinger Lascano, N. (2014). La apropiación en tensión: Los usos de la computadora e Internet al interior de familias de sectores populares beneficiarias del Programa Conectar Igualdad (PCI) en la Argentina. In VIII Jornadas de Sociología de la UNLP 3 al 5 de diciembre de 2014 Ensenada, Argentina. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Departamento de Sociología.
Pérez, M. C., & Ramírez, M. E. M. (2015). Los ambientes de aula que promueven el aprendizaje, desde la perspectiva de los niños y niñas escolares. Revista Electrónica Educare19(3), 9.





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